27 de noviembre de 1886
Sábado
Ramona Toledo y Enrique Sancho son los primeros fallecidos de un total de 110 que en el término de 40 días registrará la epidemia de cólera en Armstrong. Sus cuerpos sin vida, sepultados bajo tierra entre capas de cal, son también los primeros ocupantes del cementerio que sin formalidad alguna y solamente por imperio de la necesidad, ha habilitado la Comisión de Fomento en un terreno ubicado a una legua hacia el este del pueblo para enfrentar la emergencia. El predio utilizado, al que se ha cercado con alambrado, se encuentra en la legua Nº 26, frente a las vías del ferrocarril y pertenece y ha sido facilitado por el colono Adriano Bantle.
Hasta este momento, nuestros muertos eran enterrados en el cementerio de Cañada de Gómez.